Jonathan Sarfati, Doctor en Química
El libro Enseñando la Evolución y la Naturaleza de la Ciencia trata del registro fósil en varias ocasiones. Creacionistas y evolucionistas, con sus diferentes preconcepciones, predicen distintas cosas sobre el registro fósil. Si todos los seres vivientes realmente han evolucionado a partir de otros tipos de criaturas, entonces debería haber habido muchas formas intermedias o transicionales, con estructuras a medio camino entre ambos. Pero, si por el contrario, las diferentes clases han sido creadas separadamente, el registro fósil debería mostrar que los animales aparecen de forma repentina y completamente formados.
Darwin se mostró preocupado porque el registro fósil no mostraba lo que su teoría predecía:
“¿Por qué no están llenos, cada estrato, cada formación geológica de eslabones intermediarios? Ciertamente la geología no revela esa cadena continua de organismos que cambian gradualmente poco a poco, y ésa es la objeción más obvia y seria que puede oponerse en contra de la teoría”1
¿Ha cambiado algo hoy?
El Dr. Colin Patterson (1933–1998), paleontólogo principal del Museo Británico de Historia Natural, escribió un libro titulado Evolución. En respuesta a un lector que le había preguntado por qué no había incluido ninguna fotografía de forma transicional alguna, escribió:
“Estoy completamente de acuerdo con sus comentarios sobre la falta de ilustraciones directas de las transiciones evolutivas en mi libro. Si conociera alguna, viviente o fosilizada, sin duda la habría incluido … Lo diré claramente; no hay ni un solo fósil a partir del cual se pueda construir un argumento sólido.2
Stephen Jay Gould (1941–2002), renombrado evolucionista (y marxista) escribió:
“La ausencia de evidencia fósil para las fases intermediarias entre las grandes transiciones en el diseño orgánico, de hecho nuestra incapacidad para construir intermediarios funcionales en muchos casos, incluso de imaginarlos, ha sido una dificultad constante en los relatos gradualistas de la evolución”3
Y:
“Yo considero que el fracaso en la búsqueda de un claro “”vector de progreso” en la historia de la vida es el factor más desconcertante en el registro fósil.4
Tal como Sunderland señala:
“No sería desconcertante si él [Gould] no hubiera decidido antes de examinar las evidencias que la evolución a partir de un antepasado común es un hecho “igual que las manzanas caen del árbol” y que por lo tanto sólo podemos permitirnos hablar de posibles mecanismos que expliquen este hecho aceptado sin más”5
El libro Enseñando la Evolución evita tratar del inmenso abismo que separa la materia inerte de la primera célula viva, o de la distancia que hay entre los organismos monocelulares y los multicelulares, o de la gran diferencia entre invertebrados y vertebrados. Las abismales diferencias entre estos grupos son ya de por sí suficiente prueba de que la evolución, que supuestamente transformaría las moléculas en hombres, carece de fundamento.
Hay muchos otros ejemplos de organismos que aparecen de forma abrupta y completamente formados en el registro fósil. Por ejemplo, los primeros murciélagos, petosaurios, y aves tenían todos alas completamente funcionales. Las fotografías muestran que los murciélagos siempre han sido murciélagos.6
Las tortugas son un grupo de reptiles perfectamente diseñado y especializado, que tienen un caparazón particular que protege los órganos vitales de su cuerpo. Pero los evolucionistas admiten que “No hay ni rastro de formas intermedias entre las tortugas y los cotilosaurios, reptiles primitivos de los cuales [creen los evolucionistas] surgieron probablemente las tortugas”. No pueden excusarse en un registro fósil incompleto porque “las tortugas dejan más y mejores restos fósiles que los otros vertebrados”7 La “tortuga conocida más antigua” era una tortuga completamente formada, en ningún modo transicional. Tenían un sistema completamente desarrollado para expulsar la sal, sin el cual un reptil marino se deshidrataría rápidamente. Esto se puede saber por las cavidades del cráneo que habrían albergado enormes glándulas secretoras de sal alrededor de sus ojos.8
La totalidad de los 32 órdenes de mamíferos aparecen en el registro fósil súbitamente y completamente formados. El paleontólogo evolucionista George Gaylord Simpson escribió en 1944:
“Los miembros más primitivos de cada orden ya poseen las características ordinales básicas, y en ningún caso se conoce ninguna serie continua que nos conduzca de un orden conocido a otro”. En la mayoría de los casos, el corte es tan abrupto y la distancia de separación tan enorme que el origen de tal orden es meramente especulativo y a menudo puesto en tela de juicio“9
Poco han cambiado las cosas desde entonces.10
Como la mayor parte de la propaganda evolucionista, el libro Enseñando la Evolución afirma que existen muchas formas transicionales, y presenta algunos “ejemplos”. Un cuadro en la página 15 contiene un artículo pletórico de optimismo escrito por el evolucionista (y ateo) E.O. Wilson, titulado ‘El Descubrimiento de un Eslabón Perdido’. Wilson afirma haber estudiado
“una forma intermedia entre las abejas solitarias y las hormigas sociales modernas”
Pero otro ateo evolucionista, W.B. Provine, dice que
“las afirmaciones de Wilson están explícitamente negadas en su propio texto … Los comentarios de Wilson, como mínimo, conducen a engaño”.11
El libro Enseñando la Evolución enfatiza el Archaeopteryx, una serie transitoria que supuestamente va desde los mamíferos terrestres a la ballena, los cuales se tratan en los capítulos 4 y 5 de este libro. el libro Enseñando la Evolución también presenta las siguientes excusas en la página 57:
“Algunos cambios en la población pueden ocurrir demasiado rápidamente como para dejar muchos fósiles transicionales. Así también, muchos organismos no son propensos a dejar restos fósiles por causa de sus hábitats o porque no tienen partes de su cuerpo que pueden fosilizarse fácilmente.”
Darwin también excusó la falta de formas transicionales debido a
“la extrema imperfección del registro fósil”
Pero, tal como hemos visto, incluso los organismos que dejan excelentes fósiles, como las tortugas, no disponen de ningún intermediario. Michael Denton señala que el 97,7% de los órdenes vivientes de vertebrados terrestres están representados en el registro fósil y el 79,1% de las familias vivientes de vertebrados terrestres; 87,8% si se excluyen las aves, dado que es más difícil que éstas se fosilicen.12
Es cierto que el proceso de fosilización demanda condiciones muy particulares. Normalmente, cuando un pez muere, sale a flote y se corrompe y los carroñeros se lo comen. Incluso si algunas partes del cuerpo caen al fondo, los carroñeros las devoran. Los buceadores no hallan el lecho marino cubierto con animales muertos fosilizándose lentamente, lo mismo ocurre con animales terrestres. Millones de búfalos (bisontes) fueron muertos en Norteamérica durante el último siglo, pero han dejado pocos fósiles.
En la naturaleza, para que se produzca un fósil bien preservado generalmente se requiere una rápida sepultura (para que los carroñeros no destruyan el cadáver) y agentes de cimentación que endurezcan el fósil rápidamente. el libro Enseñando la Evolución contiene varias fotos de calidad mostrando un pez fosilizado con sus características bien preservadas (p. 3) y una medusa (p. 36). Estos fósiles ciertamente no pudieron formarse de forma gradual; ¿Durante cuánto tiempo retienen sus características las medusas muertas? Si quisiéramos formar estos fósiles, la mejor forma podría ser ¡depositar una gran cantidad de hormigón sobre el animal! Tan solo unas condiciones extremas pueden explicar la formación de la mayoría de los fósiles; por ejemplo; un diluvio universal seguido por catástrofes regionales generalizadas.
Enseñando la evolución, tras esta cita, continúa afirmando...
“Sin embargo en muchos casos, como entre los peces primitivos y los anfibios, anfibios y reptiles, reptiles y mamíferos, y reptiles y aves, hay excelentes fósiles transicionales”
Pero Enseñando la Evolución no presenta ¡ni una sola evidencia! Examinemos a continuación brevemente algunas de las afirmaciones evolucionistas más comunes (la transición reptil a ave, se explica en el artículo ¿Evolucionaron las aves?):
“Cada vez que encontramos una especie de reptil semejante a un mamífero ésta aparece bruscamente en el registro fósil y no viene precedida por especies que sean antepasados directos de ella. Y desaparece poco después, también súbitamente, sin dejar especies descendientes directas”14
Los evolucionistas creen que los huesos del oído de los mamíferos evolucionaron a partir de los huesos de las quijadas de los reptiles. Pero Patterson reconoce que no hay una conexión clara entre los huesos de la quijada de los reptiles más parecidos a mamíferos y los huesos del oído de los mamíferos. De hecho, los evolucionistas discuten entre ellos cuál está relacionado con cuál.15
La incapacidad de imaginar formas intermedias es un verdadero problema. Si los murciélagos o las aves evolucionaron a partir de un animal terrestre, las formas transicionales deberían tener extremidades anteriores que no fueran ni buenas piernas ni buenas alas. Pero entonces ¿por qué iban a ser seleccionados tales animales? Las frágiles extremidades anteriores de las hipotéticas etapas intermedias de los murciélagos y pterosauros serían más una desventaja que una ventaja.
Y naturalmente, también las partes blandas del cuerpo de muchos animales deberían haber cambiado drásticamente y hay muy pocas probabilidades de que fueran preservadas en el registro fósil. Por ejemplo, el desarrollo del huevo amniótico habría requerido muchas y distintas innovaciones, como éstas:
Otro ejemplo son los mamíferos, éstos poseen muchas partes blandas que difieren de los reptiles, por ejemplo:
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