Santiago Escuain, Graduado en Ingeniería Técnica en Procesos Químicos
El estudio comparado del desarrollo de los embriones aportaría, según el darwinismo, otra de las pruebas clásicas en favor de la evolución. Al parecer, determinadas similitudes entre embriones de peces, aves, mamíferos y seres humanos demostrarían que todos ellos descenderían de antepasados comunes parecidos a los peces.
Por lo que respecta a la controversia entre Darwin y el designio divino de la vida, se pueden observar los siguientes puntos:
1. Nadie duda de las observaciones realizadas por Darwin, y por los estudiosos de la naturaleza antes que él, respecto a los cambios en los seres vivos, ni en lo que se refiere a la descendencia con modificación. La gran cuestión atañe al alcance de estos cambios, a su significado, a la interpretación que puedan recibir. Darwin mismo concede este punto, al decir:
«... [M]e doy cuenta perfectamente de que en este volumen apenas se discute un solo punto sobre el cual no puedan aducirse hechos que a menudo parezcan conducir a conclusiones diametralmente opuestas a aquellas a las cuales yo he llegado. Un resultado imparcial sólo puede obtenerse declarando cabalmente y sopesando los hechos y los argumentos en los dos lados de la cuestión ...»
Charles Darwin, El Origen de las Especies por Selección Natural, 1859. [Ed. Zeus, Barcelona 1970, p. 18.]