Jonathan Sarfati, Doctor en Química
La naturaleza no revela la identidad del Diseñador Inteligente. Esta observación la hizo el filósofo ateo Raymond Bradley en un debate sobre el cristianismo con el cristiano erudito EM Blaiklock (1903-1983) en la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, alrededor de 1965. El ateo inició su discurso con una parábola del jardinero, que frecuentemente usaba el entonces ateo Antony Flew:
"En cierta ocasion dos exploradores llegaron a un claro en la selva. En el claro crecían muchas flores y muchas hierbas. Uno de los exploradores dijo: "Debe haber un jardinero que cuide de este claro." El otro no estaba de acuerdo; "no hay ningún jardinero." Así que montaron sus tiendas y establecieron un turno de guardia. No vieron ningún jardinero. "Pero... tal vez sea un jardinero invisible". Así que levantaron un cerco de alambre de espinos electrificado. Patrullaron con perros sabuesos. (Porque recordaban cómo El Hombre Invisible de HG Well podía ser olido y tocado a pesar de que no poder ser visto). Pero no oyeron ningún grito que delatara la presencia de algún intruso que hubiera recibido una descarga eléctrica. Nunca se produjo ningún movimiento del cable que indicara la presencia de un trepador invisible. Los sabuesos nunca ladraron. A pesar de todo el creyente aún no estaba convencido; "Pero hay un jardinero, invisible, intangible, insensible, a las descargas eléctricas, un jardinero que no tiene olor y no hace ningún sonido, un jardinero que viene en secreto para cuidar el jardín que ama." Finalmente el escéptico se desesperó y dijo: "Entonces... ¿En qué ha quedado su afirmación original? ¿En qué se diferencia un jardinero invisible, intangible, y eternamente elusivo de un jardinero imaginario o inexistente?"1
Blaiklock fue el primero en señalar que aunque no podamos ver al jardinero, sí podemos ver sus efectos, a pesar de que el escéptico no vea más que malas hierbas. En efecto, como se muestra en el capítulo 11, Flew mismo ahora reconoce que se necesita un "jardinero" para iniciar la vida.
Pero entonces Blaiklock extendió la parábola. Otro hombre apareció y habló con los dos exploradores:
"Ustedes se están preguntando si este jardin tiene jardinero. En efecto, sí lo tiene, porque yo soy el hijo del jardinero. Y si quieren saber cómo es el jardinero, mirenme a mí, pues yo soy su vivo retrato."
Es cierto que examinando el jardín únicamente podemos obtener únicamente un conocimiento limitado. Para que nosotros podamos conocer realmente al jardinero, sería necesario que él mismo se mostrara a nosotros, o que enviara a un emisario digno de confianza.
Blaiklock era un experto en la lengua y la cultura del período neotestamentario. Su investigación le convenció de que el hombre Jesús de Nazaret era de hecho el emisario del Diseñador, y el Hijo del Diseñador, que es la representación exacta del Diseñador.2 El Hijo ha demostrado sus credenciales impecables con sus palabras y hechos.
Más tarde, en 1985, el mismo Flew debatió con el filósofo y teólogo Gary Habermas sobre la hazaña más importante, la tesis de que Jesucristo venció a la muerte.3 Este debate se celebró en Dallas frente a una multitud de tres mil personas. Dos grupos de expertos de las principales universidades de Estados Unidos lo evalauaron: un panel formado por cinco filósofos a los que se les pidió que juzgaran el contenido del debate, y el otro compuesto por cinco evaluadores de debates profesionales a los que se les pidió juzgar la calidad de los argumentos.
Cuatro de los cinco miembros del grupo de los filósofos votaron que Habermas había ganado, es decir que su defensa de la Resurrección había sido más sólida que los intentos de Flew de refutarla, y el quinto juez se decantó por el empate. Entre los miembros del panel de analistas de debates profesionales el ressultado fue favorable a Habermas por 3 votos contra 2.
Estos son los comentarios que hicieron dos de los jueces:
"Mi convencimiento es que el orador que defendía la afirmación [Habermas] tenía ante sí el enorme reto de aportar pruebas que demostraran sus afirmaciones. Me convencieron los argumentos del orador que defendía la Resurección por las diversas fuentes históricas que presentó. Por otro lado, el Dr. Flew, no consiguió presentar apoyos para su postura, principalmente en el tiempo de réplica y en la sesión cara a cara. El Dr. Habermas instó de forma muy vigorosa al Dr. Flew a que refutara ciertos puntos concretos. A medida que se desarrollaba el debate tuve la impresion de que el Dr. Flew buscaba eludir estos puntos."
"Mi conclusión es que la evidencia histórica, aun con sus defectos, es lo suficientemente fuerte como para hacer que una mente razonable concluya que, efectivamente, Cristo resucitó de los muertos. Habermas ganó el debate desde el momento en que... derrotó las críticas escépticas de los milagros basadas en Hume que Flew presentó y demostró la consistencia de los testimonios históricos, Habermas concluyó presentando "evidencias muy probables" de la historicidad de la resurección "sin que haya ninguna evidencia naturalista plausible en contra" , por lo tanto, en mi opinión, Habermas es el ganador del debate."
Los dos participantes en el debate se hicieron muy amigos después de la discusión, tanto que, 20 años después, cuando Flew renunció al ateísmo, aceptó gustosamente ser entrevistado por Habermas, tal y como se cita en el capítulo 11.4
Más recientemente, James Patrick Holding ha demostrado que hay por lo menos 17 factores que hacen que el cristianismo no hubiera podido surgir en el mundo antiguo, a menos que fuera respaldado con pruebas irrefutables de la Resurrección de Jesús.5
Además, la evidencia histórica muestra que Jesús creía que la colección de libros que llamamos la Biblia es la revelación autoritativa del mensaje del Diseñador para sus criaturas.6,7 Esta revelación incluye que Él nos creó, cuándo Él creó, y la sucesión de actos creadores.8 Y este libro sobrepasa claramente a toda otra explicación del mundo tal como lo conocemos hoy, es decir, con elementos de un diseño exquisito y con elementos de maldad.9
También explica la geología (el diluvio), las lenguas (los evolucionistas no tienen Babel), la distribución de la población, el origen de la agricultura, todas las cosas que "el diseño simple" no puede explicar. En este libro, el Diseñador también nos ha dicho lo que espera de aquellos que Él hizo, y cómo su desobediencia trajo como resultado la muerte y la separación entre los hombres y Él.10 Pero el mismo libro revela su plan de rescate. Su Hijo Jesucristo vino al mundo a tomar sobre sí el castigo por nuestros pecados, y soportar la muerte y la vergüenza en nuestro lugar. Se levantó de los muertos, demostrando que había pagado el precio y vencido la muerte.11
Las evidencias de una sofisticada máquinaria en los seres vivos y un exacto calibrado en el universo, señalan no sólo un diseño inteligente, sino también un único Diseñador. Y a pesar de que no podemos conocer la identidad del Diseñador únicamente a partir de su obra, Él ha enviado a su Hijo a la humanidad para revelarnos exactamente quién es. Además, el Hijo identificó un conjunto de libros como la historia verdadera de la obra creadora del Diseñador y las interacciones con sus criaturas, y lo que Él espera de nosotros.
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